Si hay una inmersión que destaca por encima de las otras, esa es, sin duda alguna, la inmersión en el pecio Don Pedro. Con una profundidad máxima de 47 metros, seduce a los amantes de los barcos hundidos y las profundidades. Hoy en día es el pecio buceable más grande de Europa, y uno de los principales atractivos de los buceadores que vienen a las Pitiusas. Pero, ¿por qué el Don Pedro resulta tan enigmático? ¿Qué pasó para que un carguero de 143 metros de eslora se hundiera a poco más de una milla del puerto de Ibiza?

Era un 11 de Julio de 2007 a las 2:30 de la mañana. El carguero Don Pedro, propiedad de la naviera Iscomar, zarpa del puerto de Ibiza en dirección al puerto de Denia, pero nunca llegaría. A los pocos minutos de salir, se escucha un fuerte golpe en el casco. Saltan las alarmas. La tripulación se percata de que el buque ha tocado la parte alta de uno de los bajos del islote conocido como el Dado. Se ha abierto una gran vía de agua a babor y ya no hay nada que hacer; el barco se hunde. Los veinte trabajadores de la compañía que están a bordo son rescatados durante la madrugada mientras el Don Pedro es engullido rápidamente por el mar frente a las costas de Ibiza. Aquí comienza la otra historia del Don Pedro.

El buque entero quedó apoyado sobre su costado de babor, yaciendo silencioso sobre un lecho de arena a 47 metros de profundidad. A pesar de algunas iniciativas por reflotarlo, esa opción acabó descartándose por complicada y costosa. El veto que prohibía el buceo allí se levantó meses después con el final de los trabajos de descontaminación y sellado del buque, convirtiéndose en una gran atracción para los submarinistas.

Desde Ibiza, el pecio se encuentra a apenas 5 minutos de navegación, mientras que desde Formentera, está a unos 25 minutos en dirección Norte. El pecio esconde hasta 5 inmersiones diferentes, aunque las más habituales son en la proa y en el castillo de popa, quizá las partes más interesantes inicialmente para poder orientarse y apreciarlo en toda su magnitud. Una vez adquirida la experiencia y conocimientos necesarios, se pueden organizar un par de inmersiones en su interior donde esconde la carga, e incluso una inmersión en la arena para observar los habitantes más raros como los pequeños tiburones gato o pintarrojas que viven en los alrededores.